RELACIONES DE PAREJA: TE QUIERO PORQUE ME QUIERO
Querer adentrarse en el mundo de las relaciones de pareja, es una necesidad que la mayoría de las personas experimentan en un determinado momento de sus vidas. La entrada en este universo de colores, se antoja inicialmente tan estimulante e ilusionante, si la persona se maneja con soltura y acierto, como tan dramática y decepcionante, si la persona inicia su andadura con pasos inadecuados, ocasionando tropiezos continuos.
Además, es más que frecuente, que por no saber manejar las emociones propias de tan especial momento, muchas personas no gestionen bien todo el proceso, desde la interacción inicial, el juego de la seducción, así como el avance en la profundización de la relación. Esto suele hacerles pensar, a la larga, que es imposible tener pareja y, mucho más, mantenerla en el tiempo para desarrollar un proyecto que aporte beneficios a medio y largo plazo.
Todo ello, conduce a la desmotivación, al miedo a las futuras relaciones y, generalmente, a una acuciante falta de compromiso en futuros intentos, como conducta evitativa desarrollada ante el miedo a sufrir nuevamente un fracaso sentimental, con el duelo correspondiente posterior al mismo. No obstante, aunque a veces le suele llevar un buen periodo de tiempo en «barbecho», es frecuente que la persona vuelva a ilusionarse de nuevo, de forma recurrente, siendo muy habitual el vivir los futuros inicios sentimentales con gran desesperacion, por el deseo de que salga bien de una vez, como con un intenso miedo anticipatorio a que puediera repetirse, nuevamente, el temido final experimentado en tantas ocasiones precedentes.
En resumen, puede concluirse que, si no se ponen los ingredientes adecuados, una pareja que inicie su relación, está condenada al fracaso desde el principio, con fecha de caducidad preestablecida, por muy buena voluntad que pongan ambas personas, o por mucho que puedan llegar a quererse. Éste es uno de los grandes y frecuentes errores, muchas parejas creen que lo único necesario para poder tener éxito en la relación es simplemente eso, quererse, quererse mucho y de forma apasionada. Desgraciadamente se ha podido demostrar ampliamente que con el amor no basta, es necesario que estén presentes otros muchos elementos, que se sustentan sobre la base del amor.
Por lo tanto, es pieza indispensable empezar por quererse a uno mismo y, a partir de tal logro, nada sencillo, estaremos aptos para establecer relaciones afectivas con otras personas de forma sana y natural, es decir, podremos estar preparados para querer y dejar que nos quieran, nos cuiden y nos mimen, de manera recíproca. La consecución de una vida amorosa de calidad, no es algo relegado al azar de las flechas de Cupido, que tantas y tantas líneas de tinta ha ocupado en la literatura universal, o tantos pictogramas en el cine.
«Quiérete desde dentro, por lo que vales y eres capaz de aportar en la interacción con el otro, y hacia fuera, por quien mereces tener al lado, acorde a lo que realmente te corresponde»
«No olvides que en una relación sentimental, ninguna persona debe ser una ONG»
«No autorreconozcas tu valía por el valor que te otorgan desde fuera»
«A partir de aquí, se está preparado para enamorarse y disfrutar de las mieles de las relaciones de pareja, desde el ilusionante inicio de la interacción, hasta la constitución y la consolidación de la misma. De otro modo, el fracaso estaría servido antes de comenzar»